Cuántas veces lo hemos escuchado últimamente: “La pandemia nos ha obligado a ser flexibles”.
Pero es que no solo eso… ADECCO ya lo venía diciendo: La capacidad de adaptación en el trabajo es una de las cualidades más buscadas en los empleados.
Pero es que si nos ponemos a mirar hacia atrás… DARWIN, no decimos más.
La capacidad de adaptación es necesaria, siempre lo ha sido y cada vez lo será mas.
La buena noticia: TODOS Tenemos la capacidad de adaptación.
La mala: A algunos nos cuesta más que a otros.
Pero no todo está perdido, esto puedes hacer para entrenar tu flexibilidad ante la vida. Porque no siempre puedes controlar lo que sucede, pero sí tu reacción ante los cambios.
- Ten objetivos que sean lo suficientemente amplios como para que te sirvan de guía.
- Ten claro quien eres y donde estás. Esto te permitirá conocer donde te encuentras en relación a tus metas.
- Amplía tu zona de confort poco a poco. Ser adaptable es cuestión de entrenamiento. No se trata de estar en un lugar y al día siguiente cambiar TODO de tu vida. Hay una zona media entre la zona de confort y la zona de pánico: La zona de aprendizaje. Visítala a menudo: prueba cosas nuevas, cambia de círculo de relaciones, apúntate a cursos de algo que no hayas probado nunca…
- Observa a tu alrededor. Y sobre todo a la GENTE flexible que tienes cerca. ¿Cómo son? ¿Qué hacen? Intenta frecuentarlos para que poco a poco se te vaya contagiando esta actitud relajada ante la vida.
- Se generoso ante tus propios errores. El miedo al cambio frecuentemente es en realidad el miedo a las consecuencias de los errores. A partir de ahora toca dejar el drama de lado, y mirar tus errores con nuevos ojos. Los del aprendizaje. Analiza donde estuvieron, y busca qué puedes aprender. Pero eso si… con mucho amor. Si necesitas aprender algo… no te fustigues por no saberlo, simplemente busca la manera de aprenderlo.
- Haz introspección y separa un tiempo de vez en cuando para ver como vas. ¿Sientes que estás avanzando? ¿Estás todavía un poco rígido? Revisar tus avances te servirá para hacer los ajustes necesarios.
Y sobre todo practica. La adaptabilidad es como un músculo que se empieza a ejercitar, al principio duele, pero luego acabas disfrutandolo.