Si alguna vez observas una manada de caballos durante el tiempo suficiente verás que cada uno de ellos tiene su propia personalidad. Los hay solitarios, a otros les gusta ir en grupo, a algunos les gusta “bullear” a los más débiles, y hay quienes tratan de protegerlos. Hay caballos que son amigos entre ellos y otros que no se caen tan bien. Pero todos ellos tienen un objetivo común: SOBREVIVIR.